7 de octubre de 2024
La Red Nacional de Fondos de Aborto (National Network of Abortion Funds, la NNAF) desea expresar con claridad que nos oponemos al genocidio del pueblo palestino perpetrado con fondos del estado. Se han perdido más de 40,000 vidas y familias enteras en la masacre llevada adelante el último año, y esta cifra devastadora ni siquiera incluye la reciente escalada de ataques recrudecidos contra la población civil del Líbano.
Rechazamos la deshumanización sistemática del pueblo palestino, la repetida generación de violencia autorizada específicamente por los estados de Israel y Estados Unidos, y el intento de limpieza étnica. Estos son actos llevados a cabo por gobiernos de supremacía blanca volcados al militarismo y la guerra, y no actos de paz y justicia. Vemos con otras situaciones horrores similares que se repiten en Sudán, Yemen, Ucrania y muchas otras comunidades.
Rechazamos los intentos por silenciar, controlar o disminuir las voces críticas que expresan una inquebrantable solidaridad en relación con los valores de Justicia reproductiva y Justicia racial, ambas encarnadas en la declaración de misión de la NNAF. Somos una red formada por 100 fondos miembro, cada uno de los cuales posee conocimientos, liderazgo y autonomía, y por eso sabemos que la principal responsabilidad de nuestra red es brindar recursos a los fondos de aborto y enfocarnos en su orientación, para que sigan a la vanguardia del importante trabajo organizativo de ayuda mutua, actividad política y visión de largo plazo para el que se fundó esta red hace más de 30 años.
Reconocemos el impacto causado por la ausencia de la voz de la NNAF en la conversación pública sobre Palestina, en un contexto en el que muchos fondos de aborto de la red han denunciado el genocidio en curso durante el último año, a pesar de enfrentar muchas veces el riesgo y la realidad de perder recursos o apoyo. De cara al futuro, la NNAF mantendrá sus valores. Construir poder a través de esta red significa que todes, especialmente quienes viven en una posición de privilegio, tenemos la responsabilidad de levantar nuestra voz y actuar cuando vemos que se cometen actos de injusticia reproductiva aquí y en otros países, para lograr que nuestras comunidades puedan vivir, prosperar y criar a sus hijes en entornos seguros y sostenibles.